Los sistemas monocíclicos se caracterizan por realizar la operación de tala de manera completa. El bosque queda reducido al mínimo para conseguir el aprovechamiento máximo de la madera. Es muy agresiva con el entorno y, normalmente, conlleva la práctica total destrucción del ecosistema.
A diferencia del sistema anterior, en los sistemas policíclicos la tala no se realiza en una única operación sino que se hace por fases menos agresivas y se limita la madera que se puede recoger según el grosor de los troncos de los árboles. De esta manera, el bosque nunca llega a ser talado completamente, ya que los ejemplares más jóvenes se mantienen intactos hasta que hayan alcanzado el tamaño permitido.
Los sistemas policíclicos permiten que, tanto la flora como la fauna del bosque se conserven y se recuperen de manera mucho más eficaz. Esto repercute de manera positiva tanto en el medio ambiente como en los beneficios económicos.
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